Senderos de Feria

Caminos de Feria. Anchos o estrechos, llanos o empinados, derechos o tuertos... Buenos caminos de mi pueblo abiertos a otros pueblos. Cada una con su nombre común según su categoría: Vereda, senda, sesmo, cordel, colada, cañada, camino de herradura, carretero, carril... Y con su nombre propio.

Transitando estos y otros senderos podemos aprender a leer el paisaje cambiante con el paso de las estaciones. Conocer el terreno que pisamos, donde se traban nuestras raíces con los ancestros y prenden los lazos que nos unen con los coetáneos haciendo que nos sintamos una comunidad: Con unas tradiciones, una convivencia y unas aspiraciones comunes. Raíces que nos vinculan con la Madre Tierra que nos alumbró y nos alimenta, nos acoge y nos acogerá en su seno por los siglos de los siglos.

Caminos que anduvieron nuestros antepasados dejando la huella de su existencia y la memoria no escrita pero perceptible de sus trabajos y de sus días en los campos, regado con sus sudores y fecundado con sus amores. Deberíamos besar la tierra que pisaron, respetarla y escuchar sus dichas y desdichas, sus ensueños y desengaños.