Martín Gaitán
Negrito y orgulloso hincha de Boca, valga la redundancia. Me gusta tomar leche con nesquik ahogando galletitas dulces para luego rescatarlas con la cuchara antes que se deshagan. Qué feo, me siento un torturador de galletitas. No creo en los horóscopos, en las religiones, ni en los actimel, pero sí en el "piedra libre" de la escondida, en el poder que tienen los pueblos cuando se organizan y en la energía positiva que irradia el sexo de las hormigas de Nueva Zelanda. Nunca estuve en Nueva Zelanda. Tengo una obsesión por recordar los nombres de los actores de reparto de peliculas desconocidas que nunca vi. Estoy convencido de que el pomo de la pasta de dientes nunca se acaba: siempre se puede sacar un poco más, siempre. Y también que lo que se siente por una mujer sólo se define cuando la ves durmiendo al lado tuyo. Escribo y leo. Séptimo grado completo. También saco fotos. Cuando era chico y feliz — que no fue el único tiempo en el que fui feliz, ni todo el tiempo en el que fui chico— supe algunas poesias de memoria, pero luego tuve que ocupar esas neuronas en recordar formulas de integrales. Tengo un blog personal y otro técnico. A ambos abandono y resucito en un ciclo infinito. Aunque lo disimulo, soy un nerd. Trabajo con computadoras y con científicos. Ingeniero en computación, dice el papel. Creo en esas cosas (no en los papeles, sino en las computadoras) y en internet. Son herramientas revolucionarias e intento hacer mi aporte por su democratización. Mi compu se llama "Morocha". También mi bicicleta tiene nombre, pero no quiero que pienses que no tengo amigos y por eso converso con las cosas.