Miguel Damiani B.

Teacher, Editor, and Writer in Arequipa, Perú

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Por gracia de Dios nací en un hogar Católico en el año de 1953, y aunque como muchos pensé que este era un dato sin importancia en mi hoja de vida, como mi color o mi música favorita, Dios quiso que paulatinamente fuera tomando conciencia que ello fue lo más importante.

En 1988 participé en un Cursillo de Cristiandad que cambio radicalmente mi vida. Desde entonces ella ha sido un continuo acercarme a Dios en un Camino de conversión que solo terminará cuando finalmente alcance las Promesas de Cristo.

Desde el 2008 comparto mis reflexiones de la Palabra de Dios en un sitio web que el Espíritu Santo me llevó a dar a conocer como Roguemos al Señor.

La lectura y meditación diaria de su Palabra me ha unido cada vez más íntimamente con Él, permitiéndome valorar entrañablemente la única oración que Jesucristo mismo nos enseñó: el Padre Nuestro.

Esta misma meditación me llevó a ponderar paulatinamente la Eucaristía, como el Don más extraordinario, después de la vida, que Jesucristo haya puesto a nuestro alcance, precisamente como alimento de vida y por lo tanto de frecuencia diaria.

Luego vino el Rosario como la ocasión inigualable para dedicarle un momento cada día a nuestra Madre, sintiendo su presencia, su calor, su amor y compañía.

De allí, testarudo como soy, fue surgiendo poco a poco el imperativo de hacer en mi vida cotidiana efectivamente la Voluntad de Dios, no siempre con la misma perseverancia ni propiedad, debo reconocerlo, pero procurando estar siempre en sintonía con Él, hasta en lo más pequeño.

Nunca abandoné el Movimiento de Cursillos de Cristiandad, como el medio más eficaz de ponerme al servicio de la Voluntad del Señor, esforzándome por llevar con mi testimonio el Evangelio a mis hermanos.

Así, participé en muchos Cursillos, en varias vocalías, asambleas nacionales, reuniones regionales, escuelas, hasta llegar a servir como Coordinador del MCC en la Diocesis de Arequipa.

Finalmente Dios quiso darme la oportunidad de servirle a Él y mis hermanos, como Coordinador del Secretariado Ejecutivo Nacional, compromiso que he asumido con mucho cariño, junto a un gran equipo, a partir de enero del 2020.

Solo puedo darle gracias a Dios por esta distinción y pedirle que me nos de la salud, el ánimo y la capacidad para estar a la altura de los retos que nos toca vivir en los tiempos actuales que en esencia se diferencian muy poco a aquellos que dieron origen al Carisma del MCC en España, inspirado por el Espíritu Santo.