Soy una mezcla químicamente inestable de periodista, actor, escritor, cabrón, poeta y trasplantado renal.

Me apasiona el teatro, la comunicación, los medios sociales, la aviación y escribir. Y, cada vez que puedo, viajar a la Patagonia.

Me gustan los gatos (los del reino animal), soy racional cuando puedo y pasional cuando no lo puedo evitar. Que suele ser muy frecuente.

Nací en San Carlos de Bariloche (de ahí mi pasión patagónica) y me crié en Buenos Aires, donde pasé casi toda mi vida (de ahí, también, mi pasión patagónica).

Me gusta reír, soy de llorar con las películas románticas, trato de cultivar y mantener amistades profundas. Y hago lo mismo con las relaciones amorosas: intento que sean profundas, a contramano con el tono de la época.

Cursé estudios en Comunicación Social en la Universidad de Buenos Aires. Trabajé durante 24 años en Comunicaciones Corporativas, y desde febrero de 2019 trabajo en un área de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i) en tecnología.

Me separé dos veces de la misma mujer pero soy un ferviente creyente en que el amor existe, y que se puede compartir y disfrutar de a dos.

Pienso y siento que la felicidad también existe y es muy real: son esos momentos que suceden cuando no nos damos cuenta y que después añoramos cuando ya son recuerdo.

Y tengo un hijo de 22 años, Eliseo, que es lo mejor que hice y haré sobre este mundo.