Diana Lopez

Diana Lopez

Qué gran despedida de soltero !!

Este viernes tuve una enorme sorpresa.

Mientras que aun me despertaba de la siesta, alguien se puso a picar de manera fuerte a la puerta de casa. No comprendía nada y me miré a Laia. Ella se rió y me afirmó "me da la sensación de que es para ti". Y allá comencé a anudar cabos.

Mi despedida de soltero empezaba.

Los 3 encargados de venirme a buscar, D., Ruben y Titu, ya iban con una camiseta donde se leía: "La última gran celebración, Despedida Gabi". Antes de nada debí ponerme mi y firmar un manifiesto con un montón de cláusulas. Conforme lo leía mi temor iba incrementando.

Ahora que ya había asumido que era el día de mi despedida, me iban dando órdenes y la próxima fue hacer una mochila con ropa para un día.

Las dudas me iban invadiendo y aun no podía meditar por mí.

Y salimos cara la calle. De allá fuimos al Aquelarre a tomar algo y después, cara La Peña donde nos aguardaba todo el planeta.

Solamente llegar a La Peña, me hicieron poner un disfraz de P. Picapiedra (gracias por no haberme hecho disfrazarse de tía ...). Como buen Flistone, tenía vehículo y todo, un flamante Troncmòbil con techo incluido.

Allá habían todo de juegos preparados, entre ellos un Pasapalabra donde todos me apuntaba con una pistola de agua, con la que en el momento en que me confundía me disparaban. Las letras de cada prueba eran un globos llenos de múltiples cosas: harina, agua, cerveza y quién sabe qué más. Total que quedé bien mojado y sucio, tras haber reído mucho.

Disfrazado me llevaron de senda por Sant Cugat con una hucha colgada del cuello para recoger dinero. Debo decir que lo hice bastante bien.

Ya por la noche fuimos cara Barna. En la parada del autobus me aguardaba el padrino, Ignasi y estuvimos de bares por la zona del centro y la Rambla y, cuando daba la sensación de que la celebración terminaba, me afirmaron que comenzaba la segunda una parte de la despedida. Los que íbamos con mochila proseguíamos cara otro destino que no podía saber.

En Plaza Catalunya apareció una Limousina y me hicieron entrar. Nos llevó a entregar una vuelta por Barna ya medio paseo me tapó los ojos para ir a algún lugar.

En el momento en que me destaparon me hallé nada menos que en el aeropuerto ... y en la puerta de embarque ponía: AMSTERDAM ... No podía creérmelo, marchábamos de fin de semana!