Es complicado escribir una biografía con tan corta edad y con casi nada hecho. Siempre digo que si alguien quiere conocer más de mí (cosa que nunca pasa) lo mejor es que me inviten una Fanta y ahí me pueden preguntar lo que quieran. Si leen esto es porque lo básico de mí ya lo leyeron. Asi que les diré cosas que aparecen en ninguna parte, excepto acá. ¿Son interesantes? Obvio que no.

Por ejemplo, tengo dos lunares juntos en mi hombro derecho. Tuve un hermano demasiado genial. Una vez fui tan bueno que casi fallezco. Me dicen loco a menudo pero la verdad es que los locos son los demás. Padezco de astigmatismo y un ligero síndrome vasovagal. También evito sonreír porque me veo afectado por una oligodoncia horrenda. A nivel personal, considero un mayor y más feliz logro haber terminado 3º en una competencia de NFSU2 que organizó un cyber de mi ciudad cuando tenía 14 años que haberme recibido de contador a los 22. Maneki es por mi gato fallecido. Mi IQ es de 123 pero no se engañen: recién a los 13 años diferencié la derecha de la izquierda y hasta ahora no entiendo las reglas del backgammon.

Decía que iba a morir a los 28 y no pasó pero aún sigo pensando que voy a morir de un paro cardíaco algún día. Igual sigo esperando como pelotudo muchas cosas que no van a pasar. La fecha que más odio es el 15 de mayo. Me gusta el café con leche fría y 4 cucharadas de azúcar. De hecho, me gustan las bebidas con excesivo hielo. Amo los videojuegos pero no soy gamer. Amo la música y digamos que ejecuto el bajo pero no soy bajista y mucho menos un músico en serio. Mi pelo tiene dos remolinos. Por ello nunca está peinado en forma. Solo he subido diez kilos desde 2006.

No tomo alcohol y tampoco fumo. Mis amigos sí suelen emborracharse y, sin embargo, frecuentemente soy el que está menos consciente de sus acciones. Tengo una pseudo-fobia por las hormigas. Sé conducir un automóvil pero intento evitarlo porque no tengo ganas, las calles están en pésimo estado y la autoridad de tránsito es muy molestosa. Tardé 5 años, 2 meses y 26 días para decidirme a sacar mi licencia de conducir.

Agoté toda mi paciencia entre el 2010 y el 2018. Me parecen vomitivas las faltas ortográficas y gramaticales. Mi Patronus es un gato japonés aerodinámico. Y cuando veo uno negro exclamo: "¡Plutón!". Les contaría más pero la Fanta de mi vaso ya terminó.