Ninguna cosa define más mi forma de ser que el arte. Mis días están llenos de arte, mis momentos más felices, mis sensaciones más puras.

Estudio danzas desde los cinco años, luego de que mis padres notaran que no podía quedarme quieta ni un segundo. Pasé por casi todos los estilos, tango, jazz, contemporáneo, tap, flamenco, salsa. Siempre entrenando con los mejores profesores y en grupos profesionales.

Luego descubrí el circo, la extraordinaria sensación de estar en el aire. Me preparé físicamente para las telas y la acrobacia de piso.

Me di cuenta que faltaba explorar más de mi universo y comencé a estudiar teatro y con él llegó el maquillaje, el vestuario, la producción, la fotografía.

Mis días son puro arte, paso del entrenamiento físico a la escritura, la lectura, el cine o un museo. No podría dejar nunca de hacerlo porque nada me hace disfrutar tanto como un buen momento artístico.