Todo comenzó una madrugada de 1984 profiriendo gritos en la planta del hospital. Con los años pasé de los llantos (poco eficaces) a las palabras y dibujos de animalillos y dinosaurios.

Mis estudios de Gráfica Publicitaria perfeccionaron aquella todavía rudimentaria forma de comunicación. Los de Publicidad ayudaron a saber crear los mensajes y el público al que dirigirlos. Los de Periodismo me descifraron cómo debía redactarlos y expresarlos. Las Relaciones Públicas me hicieron aún más empática si cabe. Los cursos de Marketing Digital abrieron la ventana al mundo real. Mientras, el copywriting consiguió hacerme disfrutar de la redacción cuando me comunico con personas tras las pantallas.

Y ahora, ¿comunicamos?